El diccionario de la RAE nos da la siguiente definición del término "documental":
"Dicho de una película cinematográfica o de un programa televisivo: Que representa, con carácter
informativo o didáctico, hechos, escenas, experimentos, etc., tomados de la realidad."
La Wikipedia se extiende un poco más:
"El documental es la expresión de un aspecto de la realidad, mostrada en
forma audiovisual. La organización y estructura de imágenes y sonidos
(textos y entrevistas), según el punto de vista del autor, determina el tipo de
documental."
Para delimitar un poco más su significado, me gustaría subrayar algunas características del género documental, contraponiéndolas con las antagónicas del cine de ficción. Por ejemplo:
A lo largo de tantas décadas de historia, los límites que acabamos de trazar entre documental y
ficción, se han ido difuminando; y se puede dar la paradoja de que el cine documental utilice
recursos del de ficción (reportajes trucados; docudramas; etc.) o viceversa (falsos documentales).
A mi, personalmente, siempre me ha gustado pensar que desde los pioneros (1895), el cine ya se dividía en documental y ficción:
Se afirma que el primer largo de no ficción fue un documental deportivo:
Esto será el germen de los dos géneros de moda en los albores del siglo XX:
Y así entramos en los años 30. Época dorada del documental.
Aunque quizás lo más destacable es que en esta década se crearan dos grupos o “escuelas” de cineastas, dedicados en exclusiva al documental:
En algunas de estas películas ya se adivinaba un cierto sesgo ideológico por parte de sus directores. Pero eso no era nada para lo que vendría después: el subgénero más famoso de una época turbulenta: el documental propagandístico.
Los años 50 marcan un antes y un después en el desarrollo histórico del género documental.
Bastantes miembros de las “nuevas olas”, habían hecho su debut en el corto documental pocos años antes. Algunos ejemplos son:
Un poco al margen de las “nuevas olas” (o independientes de los “independientes”), no podemos dejarnos obras maestras del género documental, como:
En aquellos tiempos (finales de los 50 y años 60) todavía se podía disfrutar de estos
y otros grande documentales en pantalla grande (Salas “de arte y ensayo”;
filmotecas universitarias; congresos de cine;…)
Hoy esta posibilidad se reduce a los
festivales especializados (Documenta Madrid; Docupolis de Barcelona; Festival
Punto de Vista de Pamplona; o Cinestrat, en Finestrat-Alicante, …por nombrar unos
pocos sólo en España). O a esperar que se programen en televisión.
En las dos siguientes décadas (los 60 y 70) algunos subgéneros dentro del documental irán decayendo (como el documental romántico, o el documental objetivo –”cine ojo”-).
Pero otros, renacerán o nacerán con inusitada fuerza:
Y ya fuera de este subgénero (o de cualquier otro, porque son inclasificables) tenemos también:
En los 80 y 90, -aunque cada vez es más difícil acceder a ellos- se ruedan documentales de los más diversos subgéneros. Por ejemplo:
No me gustaría cerrar esta etapa, sin mencionar la
Y tampoco querría olvidarme de las contribuciones del
Y llegamos a un nuevo cambio de siglo (eso significa –para desilusión de algunos de vosotros y regocijo de otros- que esta lección está llegando a su fin).
Pero no hay que fiarse. El documental ha conocido y sigue conociendo muchos medios de
“trucar” o “sesgar” la realidad. Desde las maquetas de barcos de la Vitagraph en 1898 hasta
la selección tendenciosa de imágenes y su montaje totalmente parcial, en cineastas como
Michael Moore (2000’s), por ejemplo. Pasando por todos los reporteros que llegan al campo
de batalla después de que ésta termine y “escenografían” la repetición de la misma; o en
general por todos los directores de documentales que manipulan o dirigen a los personajes
reales, impostando así la “verdad” de lo que pretenden contarnos.
En lo que llevamos de siglo, se han realizado –aunque no lo parezca- tantos documentales
como ficciones (o más, si tuviéramos en cuenta los cortometrajes y los reportajes hechos
directamente para TV).
Así que no es fácil seleccionar unos pocos para recomendároslos aquí. No obstante, lo intentaré:
Y para terminar:
Quería también poneros alguna recomendación de documentales
hechos directamente para TV, pero he decidido no hacerlo porque me
parece injusto nombrar tres o cuatro títulos entre los cientos de
excelentes documentales televisivos que se han hecho en los últimos
años.
Han corrido ríos de tinta discutiendo el verdadero carácter de esta obra imperecedera. En
concreto sobre si se trata del primer documental, o de la primera “docuficción”. Yo, antes que
pronunciarme al respecto, prefiero daros los argumentos a favor de una y otra tesis.
Argumentos a favor de la “docuficción”:
Argumentos a favor del documental “puro”:
Y aunque no sea del todo veraz, la intención es que todo el film parezca verosímil. Ahí creo yo
que radica su interés: En hacer que nos creamos que Nanuk y todo lo que hace existió y fue real.
Más allá del subgénero al que pertenezca la película, os deseo a todos que la disfrutéis. Y
espero con impaciencia vuestros comentarios, en los ejercicios que os propondré al final.
Hace dos años –en aquel Curso de historia del cine (2021-2022)- dedicamos un capítulo a las vanguardias de los años 20 y 30. Por aquel entonces, yo dudaba si considerar o no el primer cine soviético como una vanguardia más. Y algunos de vuestros compañeros –tras ver La huelga (S.M Eisenstein, 1925)- me dijeron que claramente sí que era vanguardista.
Lo de las contradicciones yo no lo voy a negar:
Y no obstante, en una encuesta de 2012 del British Film Institute, críticos de todo el mundo la colocaron como la octava mejor película de todos los tiempos.
En resumen, es una t distinta, rara y un tanto descolocante, que hay que valorar en su contexto;
por tanto, si cuando llevéis unos minutos viéndola, os cansáis u os aburrís, os eximo completamente
de su visionado. Pero en este curso (como en los anteriores) se trata de tener la oportunidad (que no
la obligación) de ver todo tipo de cine. Gracias por vuestra comprensión.
A lo largo de todo el tema, he ido mencionando términos como “documental puro”, “docuficción” (o “semidocumental”), “docudrama”, o “falso documental”.
Ahora voy a explicar la diferencia entre ellos:
Aclarado esto, tengo que decir que –en mi opinión- Zelig es probablemente el mejor “falso documental” de la historia del cine. Sólo se le acercarían Fraude (de Orson Welles, 1971), y –ya de lejos- Noviembre (de Achero Mañas, 2003).
¿Para que quiere engañarnos de esta manera el bueno de Woody Allen? Para
mostrarnos –mediante la exageración y el esperpento- los problemas que puede
generar el exceso de una virtud tan humana como es la empatía. Y sobre todo para
explicarnos las raíces psicológicas de este exceso, cuando llega al extremo de lo
patológico.
Además de ser una peli divertidísima, en el fondo tiene su miga… Y como no quiero
hacer “spoiler” lo dejo aquí. Lo que me queda por comentar, lo diré cuando haga mi
crítica de la película. Eso sí, siempre después de las vuestras. Que la disfrutéis.